Les Salonnières es un colectivo indisciplinar formado por tres mujeres que han revolucionado la “política de la conversación” presente en los salones del siglo XVIII con su máxima; el “DIWO” (“Do It With Others”). Esta premisa la llevan a cabo a partir de una práctica basada en acciones artísticas que combinan intimidad, pedagogía, cuerpo y juego.
¿Quién eran Les Salonnières del siglo XVIII y qué relación existe con las del XXI?
En la Francia del s. XVIII, Les Salonnières, mujeres cultas de buena cuna, eran conocidas por organizar encuentros en los salones de su casa. Sus invitados (matemáticos, filósofos, pintores, escritores…), eran recibidos en un ambiente donde cada detalle era cuidado para favorecer la conversación.
En la Barcelona del 2006 cinco estudiantes de Bellas Artes nos unimos para revisitar esta práctica, que nos parece tan interesante como necesaria. Así nacen nuestros primeros salones: instalaciones muy pensadas, con muebles, sofás, té, pastas… en las que nos reuníamos para hablar sobre lo que estábamos haciendo en la universidad, sobre educación, etc. Desde entonces nuestras prácticas han evolucionado (incorporando elementos como el juego, el cuerpo, la acción, el feminismo…) pero nuestro “ADN salonnière” sigue intacto: proponemos acciones colectivas, cuidamos los detalles para favorecer un clima de desinhibición, complicidad y creamos espacios relacionales a partir de la intimidad.
¿Qué implica la “práctica salonnière” y por qué es tan necesaria?
Implica pedagogía; nuevas formas de intercambio; lo colectivo. Es necesaria en contraposición a lo que nos encontramos en la Facultad de Bellas Artes: incomunicación entre departamentos, fomentación del individualismo… En contraposición al concepto de “White Cube”: espacios neutros, donde las personas no se conectan, ni con el artista, ni con su proceso de trabajo… Es necesaria porque la exhibición del arte contemporáneo está muy alejada de las personas.
¿Cómo establecéis puentes a través de esta práctica?
Mediante la intimidad, el juego, el gamberrismo… Trabajamos con los públicos y creamos experiencias. Transmitimos el conocimiento a través del cuerpo y la experimentación. Es con esta experimentación que puede haber un cambio y una transformación: una experiencia personal que pueda transcender a las personas que participan.
Vamos a analizar cada uno de estos puentes… Empezamos con la intimidad.
Históricamente, la intimidad ha sido el terreno de la mujer, ya que todos los demás espacios les eran vetados. Para Les Salonnières del XVIII el salón era un espacio de libertad. Nosotras utilizamos esta idea en nuestra práctica, en la manera como nos acercamos a las personas, de “tu a tu”. Establecemos un vínculo entre lo público-privado y lo revertimos.
Por ejemplo, en el proyecto “Prod-Couchsurfing” nos autoinvitamos a casa de diversos agentes culturales con las que tenemos intereses en común (Ramon Parramon, Raquel Friera, Xavi Bassas, Blai Mesa…) para pasar una noche. Creamos un ambiente de cachondeo, conversación, instrucciones…y desde allí exploramos y experimentamos juntos. Desmontamos la figura pública (director de centro de arte, filósofo, artista…) para relacionarnos desde la parte íntima. Transformamos la relación y creamos una nueva forma de producción artística.
¿Cómo generáis intimidad?
Nos mostramos naturales, cercanas, divertidas; escuchamos atentamente; creamos experiencia con grupos, los implicamos… De esta forma conseguimos un nivel de confianza y comodidad mucho más alto que en cualquier acción unidireccional y magistral.
Vuestras acciones nada tienen que ver con la unidireccionalidad…
No, y esto se debe a que utilizamos el juego para que la gente participe de nuestras prácticas.
Cuando juegas recuperas tu espíritu infantil, rompes unas barreras preestablecidas (de comportamiento, significado…) y te sitúas en otro lugar, donde se establecen otro tipo de relaciones; más íntimas, sin juicios de valor, más libres. Ese “otro lugar” es el que nos interesa para accionar todo lo que queremos accionar.
¿Cómo reaccionan las personas? ¿Es complicado salvar distancias?
¡A todo el mundo le gusta jugar! Es cierto que, a veces, cuesta hacer participar a la gente, pero nos lo creemos tanto, nos exponemos tanto, que contagiamos a los demás y las acciones suelen funcionar muy bien. Es importante la actitud, la empatía, saber comunicar, improvisar, provocar, captar la atención…Como algunos de los temas que tratamos son políticamente incorrectos buscamos fórmulas que nos gustan y que hacen más fácil digerir y recibir el mensaje.
Por ejemplo, el vello corporal femenino. En el proyecto “Zona Intrusa 5. Performing the body”, como elemento intruso aparecían las “Beard Women” en diversos institutos a la hora del patio. Íbamos con un catálogo de bigotes, vestidas tipo freak-kitsch e interpelábamos a los adolescentes sobre esta condición femenina invisibilizada. Los jóvenes se acercaban sorprendidos, con rechazo, ironía… Poco a poco empezaron las conversaciones, las preguntas, las dudas y el miedo a aceptar que las mujeres sí tienen pelo aunque nunca lo muestren. Finalmente algunas de esas chicas acabaron luciendo uno de esos bigotes y se abrió un espacio de discusión pública entre los adolescentes.
¿Cuales son las ventajas de lo lúdico en contraposición a lo serio?
Aquí no se lleva lo lúdico, todo tiene que ser muy serio, reflexivo e intelectual. Con lo serio la gente se corta mucho más, no pregunta, tiene miedo a exponerse porque hay un gran silencio y muchas miradas a su alrededor. En el juego que proponemos hay barullo, pasan cosas al mismo tiempo, no estás en el punto de mira, no eres juzgado. Te comunicas, tu cuerpo se comunica sin preocuparse si lo que dices o haces es correcto o inteligente.
¿Cuál es la importancia del cuerpo como instrumento comunicativo y cómo lo usáis?
Las 3 tenemos una conciencia intensa de cuerpo y de energía. Son mundos que nos han transformado y nos sentimos a gusto trabajando en ellos. Somos cuerpo y energía, a pesar que hoy en día parece que lo hayamos olvidado. Expresar a través del cuerpo es liberador.
Para nosotras es importante que exista un proceso de transformación de las personas que participan en nuestras acciones, esta transformación ocurre a través de ellas mismas, a través de su piel.
El cuerpo es nuestra principal herramienta, la que engloba toda nuestra esencia: en él reside la intimidad, a través de él accionamos, jugamos, nos relacionamos, trasladamos los conceptos, transmitimos conocimiento. El cuerpo, además, es la mejor arma para investigar y experimentar desde y con nuestra condición feminista.
¿Qué papel tiene esta condición feminista en vuestro trabajo?
Como colectivo de mujeres artistas la premisa “lo personal es político” es esencial en nuestro trabajo. Aportamos una mirada critica y creativa hacia el tema que sea, confiriéndole el bagaje de lo que conocemos, lo que hacemos a nivel personal (formación, danza, voz, terapias…).
Por ejemplo, “BeardWomen” sale de nosotras ¡que somos mujeres barbudas! Desde aquí revisamos el modelo de “mujer social” que está en los medios y la sociedad, y con ciertas acciones, le damos la vuelta. Queremos poner sobre la mesa las cosas que nos inquietan. Como la sexualidad femenina; las histéricas, los vibradores, el clítoris… Revertimos el marco teórico y le damos nuestra forma; el compartir, el celebrar desde hacer en común. Son dinámicas que se van repitiendo.
https://www.lessalonnieres.net/
Entrevista escrita el juliol del 2015 a Encuentros, suplement cultural, dins de la secció INTERSECCIONES ENTRE ARTE Y EDUCACIÓN: ¿Son Arte y Educación esferas independientes? ¿Cuáles son sus puntos en común? ¿Cuáles sus diferencias? ¿Qué es lo que se está haciendo? ¿Qué es lo que falta por hacer? Esta sección pretende visibilizar las intersecciones entre educación y arte a través de centros, proyectos, personas… que las trabajan.